Esta semana estoy de vacaciones y me había montado la película mental de que iba a tener un par de sesiones lúdicas memorables, de esas que duran seis horas y juegas unas cinco o seis partidas a juegos diferentes, nada más lejos de la realidad. A veces se me olvida que la gente trabaja, tiene compromisos y obligaciones que atender, así que cuando el martes por la noche cogí el teléfono para montar una partidita para el miércoles por la tarde, me encontré que todo el mundo tenía cosas que hacer o ya habían quedado. Eso me pasa por llamar a última hora... El caso es que el miercoles logré convencer a Manolo para que viniera a casa a echar un rato. Siempre que quedo con Manolo, que es un alma de Dios, aprovecho para estrenar algún juego y esta vez no iba a ser diferente, así que saqué el Tikal a mesa, que lo tenía cogiendo polvo desde hace ya varios meses y echamos una partida.
Para los que no lo
conozcan, en Tikal
representamos a aventureros que exploran las junglas de América
Central en la búsqueda de valiosos tesoros y antiguos templos.
Para ello, en cada turno, el jugador activo descubre una loseta
de terreno, que puede estar vaciá, contener un templo, varios
tesoros o incluso un volcán, y la coloca en el tablero. Una vez ha
colocado dicha loseta, dispone de diez puntos de acción para gastar
explorando, descubriendo nuevos niveles de los templos hallados,
desenterrando tesoros, montando campamentos e incluso desplegando
guardias en los templos para que otras expediciones no puedan sacarle
provecho. Cuando un jugador descubre una loseta de volcán se lleva a
cabo una ronda de puntuación. Cada jugador tiene
diez puntos de acción para gastar y posteriormente puntúa por la
cantidad y variedad de tesoros que haya desenterrado y por aquellos
templos en los que tenga la mayoría expedicionaria. Los templos
presentan un número en su parte superior comprendido entre 1 y 10,
que son los puntos de victoria que aporta.
A mi el juego me gustó. Estéticamente es una
pasada y, desde mi punto de vista, las mecánicas encajan a la
perfección con la temática. Lo único que no me gustó demasiado es
el sistema de puntuación. Considero que le da ventaja al jugador que
saca la loseta de volcán por el hecho de que va a ser el primero en
realizar acciones y puntuar, lo que le permite colocarse muy bien en
el tablero, dejando menos opciones al jugador que le sigue. Ésto
hizo que el juego me diera la sensación de estar poco equilibrado y
no perdonar fallos, de tal manera que a mitad de partida ya tenía no
forma de coger a Manolo. Supongo que a cuatro jugadores la cosa
cambia y funciona mucho mejor. Para más información sobre el mismo
puede consultar la magnifica reseña de The
Black Meeple.
Después de la soberana paliza que me metió Manolo, decidimos echar una partida al Hansa, de Michael Schacht.
En este juego representamos a mercaderes de la liga
Haseática, una federación de ciudades bálticas y del norte de
Alemania que se unieron para favorecer el comercio entre los mismos.
Durante el juego nos moveremos a través de las diferentes ciudades
que conforman de la mencionada liga, donde estableceremos nuestros
puestos comerciales, compraremos y venderemos mercancías. El
movimiento entre ciudades se realiza mediante un pequeño barco de
madera que sigue el curso de unas rutas fijas en el tablero y de un
único sentido. En cuanto a la mecánica, es bien sencilla. En cada
turno, los jugadores reciben tres Talers, la moneda del juego,
tendremos la opción de reabastecer mercancías a aquellas ciudades
que no presenten los correspondientes tiles (opcional) y podemos
realizar las siguientes acciones:
a) Desplazar el barco: siguiendo la dirección y el
sentido de las rutas. Cada desplazamiento va a costa un taler.
b) Comprar mercancías: el jugador tiene la opción
de comprar un único tile de mercancía en la ciudad en la que se
encuentre. En el caso de que no tenga ningún puesto comercial o
tenga el mismo número de puestos comerciales que el resto de
jugadores en esa ciudad, dicha moneda se paga a la banca; si el
jugador tuviera más puestos comerciales que ningún otro en dicha
ciudad, la mercancía le saldría gratis; y si por el contrarío es
otro jugador quien tiene más puestos comerciales, tendremos que
pagarle a él la moneda.
b) Vender mercancías: ésto no supone ningún coste
económico. Un jugador puede vender en aquellas ciudades en las
que tenga como mínimo un puesto comercial y debe tener, al menos,
dos mercancías del mismo color para hacerlo. Una vez que hayas
vendido has de eliminar de la ciudad en la que te encuentres un de
tus puestos comerciales. Ejemplo: yo tengo dos tiles rosas y uno azul
y me encuentro en una ciudad en la que tengo dos puestos comerciales.
Sólo podría vender los tiles rosas (cumplen el mínimo de dos) y
después tendría que eliminar uno de los dos puestos comerciales. Si
hubiera tenido dos azules, también hubiera podido venderlos sin
ningún coste adicional.
c) Establecer puestos comerciales: durante el juego
tenemos la opción de establecer puestos comerciales en ciudades en
las que no tenemos presencia o aumentar el número de ellos en las
ciudades en las que ya estamos establecidos. Para ello hemos
eliminaremos un tile de mercancía, previamente adquirido, y
colocaremos tantos puestos comerciales como barriles mostraba dicho
tile.
En cada ciudad solamente podremos realizar una y
sólo una de las acciones arriba descritas. La partida transcurre
hasta que un jugador, al reabastecer las ciudades de mercancías, ha
de utilizar para ello el último almacén de los cinco que se
muestran en la parte inferior derecha del tablero. Se puntúa por el
número de mercancías sin vender que aun poseamos, por el número de
mercancías que hemos vendido más la cantidad de barriles que
presenten y por los puestos comerciales
Visión general del tablero. |
Puestos comerciales, talers, mercancías y el barquito de mader |
El juego me gusta. Es sencillo, fácil de explicar y
de aprender y tiene bastante chicha. Yo únicamente lo he probado a
dos jugadores y funciona muy bien. Hay que tener muy en cuenta el
movimiento del barco y dónde lo dejamos cuando finalizamos nuestro
turno, ya que podemos perjudicar y mucho, al otro jugador, que
tendrá que gastar más taler para llegar a donde le interesa. Los
puestos comerciales también son muy importantes ya que sin ellos no
puedes realizar ventas y al final de la partida proporcionan puntos
de victoria. Y tampoco podemos olvidar las mercancías, ya que sin
ellas no podemos establecer puestos comerciales y también dan puntos
al final de la partida. Creo que, en cuanto al uso de recursos y a la
cantidad de acciones disponibles, el juego está muy equilibrado. Las
partidas a dos jugadores son muy reñidas y además duran un suspiro,
vamos, ideal entre juegos más densos.
El jueves por la tarde nos reunimos en casa de Luis
George, como es habitual, Manolo, Nauzet y yo para echar unas
partiditas que al final acabo siendo la partidita. Como ya han podido
ver, en cada sesión lúdica me gusta estrenar juego nuevo, así que
hicimos lo propio con el Navegador,
de Mac Gerdts, creador de la tan amada como odiada mecánica de
Rondel. Yo nunca había probado ninguno de sus juegos y la verdad es
que tenía grandes expectativas con respecto a éste. Me llamaba la
atención del mismo, la mecánica en sí y el tablero, que uno de los
más bonitos y elegantes que he visto hasta el momento.
En resumidas cuentas, en el juego tendremos que
explorar los mares del mundo, descubriendo nuevas regiones, fundando
nuevas colonias y vendiendo y procesando azúcar, oro y especias, que
es lo que nos va a dar la pasta. Para ello tendremos que contratar
trabajadores, construir barcos y fabricas que procesen las mercancías
arriba indicadas. Igualmente construiremos iglesias y astilleros que
nos permitan contratar trabajadores y fabricar barcos con menos
dinero.
El juego, a mi juicio, fluye muy bien. La acciones
posibles están claras y no dan lugar a dudas. El sistema de venta y
procesado de mercancías hace que el precio de las mismas esté
constantemente fluctuando durante la partida, por lo que hay llevar
un equilibrio entre el tipo de colonias que fundas y que te van a dar
un tipo determinado de material y las fabricas que compras, que te
permitirán procesar un tipo de mercancía determinado. Ésto es más
importante de lo que parece, puesto que hay jugadores que pueden
complementarse y reventar la partida. Me explico, ayer Manolo
estableció un montón de colonias que le proporcionaban oro, mientra
yo tenía la mayoría de las fábricas que procesaban este material,
de manera que cuando el vendía oro, aumentaban mis ganancias al
procesarlo y viceversa. Esto nos hizo ganar mucho dinero y poder
realizar más acciones que Luis y Nauzet, éste último sin opciones
en la partida después de un par de errores al principio de la misma.
Además, Manolo se cargó de fábricas de azúcar, cuya producción
tenían mayoritariamente Nauzet y Luis, por lo que al final acabó
ganando más dinero que ninguno. Los privilegios también son
importantes, puesto que son los que van a aumentar el número de
puntos que recibas al final de la partida en función de las
colonias, fábricas, iglesias, astilleros y descubrimientos que hayas
realizado. En definitiva, es un juego estratégico, sesudo, en el que
tienes que tener claro que es que lo quieres casi desde el inicio de
la partida y en el que debes controlar muy bien las estrategias de
los demás para no quedarte fuera.
Y eso fue todo. Por cierto, no se olviden de votar en la encuesta, en esta entrada puede ver dos de las portadas propuestas. Un saludo.
Da gusto ver gente contenta jugando!
ResponderEliminarLo que no puedo creer es que no me hayas comunicado esta semana libre para jugar! inconcebible!
Por cierto, finalmente vote a Tikal, pero lo tenía muy reñido con el Stone Age. La de Tikal quizás sea más llamativa y bonita, pero la de Stone Age, además de bonita, parece que te sumerge en el juego.
Un saludo.
Yeray, el miercoles me iba a pasar por el Kraken precisamente para verles, pero después leí que tú no podías y que Kiko y Oscar tampoco, así que... La de Tikal es más bonita!!! ;)
ResponderEliminarQué buena sesión!
ResponderEliminarAl Tikal le tengo muchas ganas. Adoro a Kramer, y éste es un peso pesado suyo que me da musho coraje no haber catao.
El Hansa es un gran juego. Ha pasado mu desapercibido. Y es que no es EL JUEGO, pero sí q es un muy buen juego, con mucha miga, mejor q otros muchos de los que se habla más.
Y el Navegador otro genial tb. Admito que me decepcionó un poco, pues esperaba mucho de este, y dps no fue pa tanto, pero aun así admito q es mu weno.
Un saludo!
Nau dice: Ahhhh....que gran barbacoa haria con el navegador...ummm! Como imagino esas minas de oro ardiendo jajaja (risa malvada). Bueno, reconozco que tenemos que jugar una segunda partida antes de ejercer mi derecho al veto con ese juego :)
ResponderEliminarGracias Neiban!!! Estoy de acuerdo contigo con respecto a lo del Hansa, es un juego que ha pasado totalmente desapercibido y yo creo que está a la altura de otros como el Finca, pero bueno, ya sabes como es este mundillo de injusto.
ResponderEliminarNau, ya veras como la próxima te va mejor...no seas Magister vitae mezclado con Ficta plangoria (como diría la Ficha Negra). Gracias por pasarte!!!