Historias del Arkham Horror.

 El domingo nos reunimos Javi, Manolo y yo para echar una partida al Arkham Horror. Sí, como lo están leyendo, Arkhaaaam Horroooor y encima nos los pasamos genial. Ioshhhh!!! Qué fuerte!! Se lo pasaron genial jugando al Arkham!!!! Qué clase de psicópatas son estos?? Entiendo que la gran mayoría le tenga tirria a este juego y es que a mi también me pasó. De hecho, mi primera experiencia con él fue horrible. Estábamos en una casa rural, eran cerca de las 00:30 horas y lo sacamos a mesa. Manolo se había leído las reglas hacía tiempo y no las tenía muy frescas y para más Inri, nos habíamos tomados un número indeterminado de zumos de cebada fermentada y andábamos con poco tino. Esa noche sufrimos con el juego y no sólo nuestros personajes perdieron cordura. Me pareció un petardo infumable, lioso, con veinte mil cosas que tener en cuenta, nada divertido...vamos, que se salvo de ser combustible para la barbacoa de milagro. Aun así, hubo algo en él que me gustó. No sé si fue la ambientación del juego o los componentes del mismo, el caso es que algo en mi interior me decía que tenía que jugar de nuevo y que si estaba entre los cien primeros de la BGG era por algo. Pasaron seis meses, por no decir un año entero, y Manolo y yo decidimos darle una nueva oportunidad, pero esta vez con los deberes hechos. Ambos nos leímos en varias ocasiones el reglamento, así que ya no nos dio la impresión de ser tan lioso e infumable. Aun así tuvimos que consultar bastante el manual, puesto que hay que tener en cuenta muchísimas cosas y todavía no contábamos con la experiencia suficiente. Jugamos dos partidas que nos dejaron un buen sabor de boca, pero que no llegamos a terminar debido a la duración de las mismas. Aun así, las partidas me dejaron la impresión de que estábamos ante un auténtico juegazo cuyas virtudes estaban todavía por salir a la luz. Pasaron otro seis meses y el jueves de la semana pasada Javi y yo decidimos echarnos una partida. Javi había jugado un par de veces en solitario hacía poco y tenía las reglas bastantes frescas. Aun así, durante el juego surgieron muchísimas preguntas debido, entre otras cosas, a que jugamos con la expansión el Horror de Dunwich y de nuevo apareció la sombra de la duda. Finalizamos la partida antes de que despertara el primigenio sin haber logrado cerrar todos los portales, aunque estuvimos a punto de hacerlo y sin los recursos necesarios para evitar los envites del jodio bicho, así que, ante la imposibilidad de ganar de ninguna de las maneras posibles, decidimos dejarlo. Pero no íbamos a tirar la toalla y acordamos que el domingo nos reuniríamos para echar la partida definitiva.

Pues ahí estábamos, Javi, Manolo y yo, con los deberes hechos y dispuestos a comernos al primigenio con papas. Además, como el juego básico nos parecía poco nos metimos también con la expansión, para darle un poco más vidilla al asunto. Tanto la selección de los personajes como la de los primigenios las realizamos al azar. Nos toco luchar contra una especie de pulpo baboso y fosforescente llamado Abnoht, cuyo ataque consistía en que cada jugador debía de descartar tres fichas de pista, portales o trofeos de monstruos para no ser devorados. Por otro lado Javi jugó con el doctor Vincent Lee, Manolo con Rita Young y yo con el profesor, jefe de expedición Leo Anderson.

Como ya tenemos cierta experiencia en el juego y sabíamos de sobra que con tres jugadores es prácticamente imposible cerrar todos los portales que aparecen durante la partida, no planteamos el objetivo de conseguir el mayor número de fichas de pista, trofeos y portales que pudiéramos para así poder hacer frente al primigenio e intentar acabar con él.

Javi, con dudas, intenaba buscar una estrategia alternativa

La partida fluyó como el agua (be water my friend) y nos dedicamos a recolectar fichas de pista, evitando siempre que podíamos a los monstruos, entre otras cosas porque nos salieron un par de ellos de esos que por mucho que lo intentes al final siempre te mandan al hospital y si no que se lo pregunten a Manolo que acabó en él un par de veces. El caso es que tenía un Lanzallamas que le proporcionaba un modificador en las tiradas de combate de +7, pero tenia que ser de la marca ACME o en comprado en los chinos, porque fallaba más que una escopeta de feria. De hecho, en una de las tiradas sacó cuatro 1 y un 2, vamos que peor imposible.

El Lanzallames maldito

Manolo cerró con éxito un portal

 Aun así y a pesar de que incluso despertó el horror Dunwich, llegamos al final de la partida bastante preparados para hacerle frente al primigenio. El único que andaba un poco escaso de recursos era Manolo, pero como quiera que cuando se lucha contra el primigenio los investigadores puede intercambiar objetos entre sí, Javi y yo lo suministramos de manera que pudiera aguantar las envestidas del bicho por lo menos tres turnos. Y así fue como se inició la batalla final y les puedo asegurar que nos fue muy bien, de hecho nos quedamos a tan solo una herida de matarlo. El final fue de lo más emocionante...y cuando nos dimos cuenta, sólo había pasado dos horas.

 

A tan solo dos heridas de matar al bicho

Le conseguimos infigir una herida

Al final nos quedamos a una herida de matarlo

Conclusiones:

Arkham Horror es un juegazo como la copa de un pino, el problema principal es que tiene una curva de aprendizaje muy alta y se necesitan entre cuatro y cinco partidas y no muy espaciadas en el tiempo para poder controlar todo lo que hay que tener en cuenta y disfrutarlo plenamente. Es un juego tenso, lleno de sorpresas y muy divertido. Cuando lo dominas ya sabes a qué localizaciones te interesa ir, ya que cada una te puede aportar dos cosas diferentes (objetos únicos/dinero, objeto común/aliado; cordura/vida) y es muy divertido no saber que te depara la carta de encuentros. Además, es raro porque cuando lo has jugado ya en varias ocasiones, sin más las mecánicas parecen de lo más intuitivas y fáciles de entender. Y sí, es posible matar al primigenio y estoy completamente seguro de que a cinco o seis jugadores se pueden cerrar todos los portales del tablero. Todo es plantearse la estrategia que va a seguir el grupo durante el juego en función de las características del bicho final. Que es difícil y que el azar esta presente en todo momento, pues sí, pero hay que tomarse el juego como lo que es, un juego de aventuras y un ameristrash. Sinceramente, en ocasiones estos juegos suponen para mi un soplo de aire fresco entre tanto eurogame sesudo. Además, si sabes ambientar la partida con la musiquita adecuada y das con los jugadores correctos, la experiencia de juego es impresionante. En definitiva, espero que este juego caiga en navidades, que ya le tengo un hueco en mi ludoteca.

Banda sonora para jugar al Arkham

Un saludo a tod@s